dimecres, 14 de gener del 2015

el tiempo...todo...loCura...

El tiempo todo, locura es un libro de relatos y microrrelatos que pretende ofrecer una visión distinta sobre lo cotidiano

Las tres C del cuento: desde Chéjov a Carver y Cheever
 Taller de lectura por Sara Rosenberg. Septiembre

MICRORELATO

El tiempo. Todo. LoCURA.

RELATO

Sucedía ese tiempo en que los dioses desde su cielo podían ver y manejar cuanto les parecía. Se sentaron todos ellos en uno de los porches del paraíso durante un amanecer, como venían haciendo desde lejos en el tiempo. No hay hambre en la vida de los dioses. En la mesa, monumental, como en un juego de rol, se disponían algunos hombres, pueblos y toda la naturaleza. Durante la noche, los dioses, habían permanecido ausentes, quizás aburridos de tanto aburrimiento y rutina.
Y ahora, había amanecido húmedo. Todo era tranquilidad, silencio, y otra vez aburrimiento. Contemplaban, pues!

Primera contemplación

Amelia, se arrodilló con suavidad y ternura en los escalones húmedos de la mañana que llevaban al interior de la iglesia. Con su mano izquierda temblorosa, limpió de hojas y escarcha, como pudo, un trocito de una de las losas. Luego besó y apretó contra su pecho con una fuerza increíblemente tierna al hijo que abandonaba.
- Que Dios te acoja y te proteja!
Se dio la vuelta. Quería correr veloz como el cierzo1. Sentir el frio por no sentir la pena!

Sebastián, el escolano de los sábados, llegó apresurado después de que las sábanas se le pegaran con fuerza aquella mañana. Tuvo que quitarse el tapabocas para darse cuenta que el paquete que se hallaba en la escalera era un ninón2. Chilló con todas sus fuerzas hasta que don Santos espantado abrió la puerta.

Segunda contemplación

En casa de los Trueta habían aumentado en familia. Once hijos en un mismo hogar. Don Santos, bautizó de inmediato al chiquillo abandonado. Le puso Santos, como si heredara nombre de padre a hijo y  le apellidó Gracia, por la Gracia de Dios. Luego se dirigió hacía Casa Trueta y les planteó, con la evidencia en las manos, la necesidad de que acogieran al ninón. Que Dios se lo pagaría, que si tal que si cual, que dónde comen 11 comen 12.

Cómo en Jason y los Argonautas, cuando Zeus les dio tregua después de tanta aventura y batalla y se tomó unas cuantas vidas de holganza, así dejaron en paz los dioses a Santos Gracia hasta su boda.

Tercera contemplación

Justa había conocido a Santos ni en su pueblo ni en el suyo, aunque uno y otro habían nacido en dos pueblos muy cercanos entre sí. Tuvieron dos hijos y trabajaron y vivieron y vivieron y trabajaron. De vez en cuando, muy de vez en cuando cogían el autobús de línea con algunos enseres y se iban a pasar algunos días, sobretodo en vacaciones, allá, a cuatro horas y media de su casa.
Algunas veces, paseando por el pueblo, se acercaba una mujer a los hijos de Santos y les susurraba emocionada, insólitamente emocionada:
- Sois los hijos de Santitos! Sois los hijos de Santitos!
En una de esas ocasiones dicha mujer se acercó a Santos con temple forzado, le reveló que era su madre, le entregó unos papeles y se marchó sintiendo esa pena, ese frio y deseó otra vez correr como el cierzo.

Cuarta contemplación

Santos y Justa nunca volvieron a las raíces. Sin embargo Santos siguió guardando esos papeles. En fiestas con amigos, algún que otro familiar o alguno de sus hermanastros, Santos se baladroneaba de no haber hecho ni caso a su supuesta madre, hasta que un día muy indignado y a la vez excitado de tanta mofla3, salió corriendo en busca del dichoso papel y delante de todos lo rompió en mil trocitos para que quedará más que claro su desinterés. Y aunque nadie sabía a ciencia cierta lo que estaba escrito, dicen que Santos habría sido el heredero de medio pueblo.


Sucedía ese tiempo en que los dioses desde su cielo podían ver y manejar cuanto les parecía. Ni Abeona, diosa que protegía a los niños que abandonaban la casa de sus padres salvaguardando sus primeros pasos solos, pudo con el tedio de los dioses en  ese amanecer húmedo e impedir que la diversión cayera en forma de locura encima de esa mujer que una y otra vez corre veloz como el viento. Los dioses nos vuelven locos.

Cierzo1 El cierzo es el viento de componente NO. En Aragón en la Ribera de Navarra y La Rioja, es un fuerte viento fresco y seco .
Ninón2 Bebé
Mofla3 Burla