El tiempo todo, locura es un libro de relatos y
microrrelatos que
pretende ofrecer una visión distinta sobre lo cotidiano
Las tres C del cuento:
desde Chéjov a Carver y Cheever
Taller
de lectura por Sara Rosenberg. Septiembre
MICRORELATO
RELATO
Sucedía ese tiempo en que los
dioses desde su cielo podían ver y manejar cuanto les parecía. Se sentaron
todos ellos en uno de los porches del paraíso durante un amanecer, como venían
haciendo desde lejos en el tiempo. No hay hambre en la vida de los dioses. En
la mesa, monumental, como en un juego de rol, se disponían algunos hombres,
pueblos y toda la naturaleza. Durante la noche, los dioses, habían permanecido
ausentes, quizás aburridos de tanto aburrimiento y rutina.
Y ahora, había amanecido húmedo.
Todo era tranquilidad, silencio, y otra vez aburrimiento. Contemplaban, pues!
Primera contemplación
Amelia, se arrodilló con suavidad y ternura en los escalones húmedos
de la mañana que llevaban al interior de la iglesia. Con su mano izquierda
temblorosa, limpió de hojas y escarcha, como pudo, un trocito de una de las
losas. Luego besó y apretó contra su pecho con una fuerza increíblemente tierna
al hijo que abandonaba.
- Que Dios te acoja y te proteja!
Se dio la vuelta. Quería correr veloz como el cierzo1.
Sentir el frio por no sentir la pena!
Sebastián, el escolano de los sábados, llegó apresurado después de que
las sábanas se le pegaran con fuerza aquella mañana. Tuvo que quitarse el
tapabocas para darse cuenta que el paquete que se hallaba en la escalera era un
ninón2. Chilló con todas sus fuerzas hasta que don Santos espantado
abrió la puerta.
Segunda contemplación
En casa de los Trueta habían aumentado en familia. Once hijos en un
mismo hogar. Don Santos, bautizó de inmediato al chiquillo abandonado. Le puso
Santos, como si heredara nombre de padre a hijo y le apellidó Gracia, por la Gracia de Dios. Luego
se dirigió hacía Casa Trueta y les planteó, con la evidencia en las manos, la
necesidad de que acogieran al ninón. Que Dios se lo pagaría, que si tal que si
cual, que dónde comen 11 comen 12.
Cómo en Jason y los Argonautas,
cuando Zeus les dio tregua después de tanta aventura y batalla y se tomó unas
cuantas vidas de holganza, así dejaron en paz los dioses a Santos Gracia hasta
su boda.
Tercera contemplación
Justa había conocido a Santos ni en su pueblo ni en el suyo, aunque
uno y otro habían nacido en dos pueblos muy cercanos entre sí. Tuvieron dos
hijos y trabajaron y vivieron y vivieron y trabajaron. De vez en cuando, muy de
vez en cuando cogían el autobús de línea con algunos enseres y se iban a pasar
algunos días, sobretodo en vacaciones, allá, a cuatro horas y media de su casa.
Algunas veces, paseando por el pueblo, se acercaba una mujer a los
hijos de Santos y les susurraba emocionada, insólitamente emocionada:
- Sois los hijos de Santitos! Sois los hijos de Santitos!
En una de esas ocasiones dicha mujer se acercó a Santos con temple
forzado, le reveló que era su madre, le entregó unos papeles y se marchó
sintiendo esa pena, ese frio y deseó otra vez correr como el cierzo.
Cuarta contemplación
Santos y Justa nunca volvieron a las raíces. Sin embargo Santos siguió
guardando esos papeles. En fiestas con amigos, algún que otro familiar o alguno
de sus hermanastros, Santos se baladroneaba de no haber hecho ni caso a su
supuesta madre, hasta que un día muy indignado y a la vez excitado de tanta
mofla3, salió corriendo en busca del dichoso papel y delante de
todos lo rompió en mil trocitos para que quedará más que claro su desinterés. Y
aunque nadie sabía a ciencia cierta lo que estaba escrito, dicen que Santos
habría sido el heredero de medio pueblo.
Sucedía ese tiempo en que los
dioses desde su cielo podían ver y manejar cuanto les parecía. Ni Abeona, diosa
que protegía a los niños que abandonaban la casa de sus padres salvaguardando
sus primeros pasos solos, pudo con el tedio de los dioses en ese amanecer húmedo e impedir que la
diversión cayera en forma de locura encima de esa mujer que una y otra vez
corre veloz como el viento. Los dioses nos vuelven locos.
Cierzo1 El cierzo es
el viento de componente NO. En Aragón en la Ribera de Navarra y La Rioja, es un
fuerte viento fresco y seco .
Ninón2 Bebé
Mofla3 Burla
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